Piedrabuena
En 2005, junto al artista Roy Falco, inicié un proyecto muralista en el Barrio Piedrabuena (Villa Lugano, Buenos Aires), con el propósito de intervenir una pared ubicada en un pasillo peatonal. La transformación visual y emocional del espacio fue tan contundente, que pronto esa primera acción derivó en una serie de nuevos murales. Así, lo que comenzó como una intervención aislada se convirtió en un pasaje artístico compuesto por reproducciones de obras reconocidas, paisajes y también composiciones propias.
En 2006, junto a Roy Falco y Luciano Garramuño, fundamos el Galpón Cultural Piedrabuenarte, un galpón abandonado que resignificamos colectivamente como espacio artístico multidisciplinario. Entre ese año y 2016, desarrollé más de 50 murales en el barrio, varios de ellos de gran escala.
Durante esa década entendí el profundo poder que el arte tiene para transformar el espacio público. La experiencia de vivir en Piedrabuena me permitió habitar y observar desde adentro la desidia, el abandono y las capas de silencio que cubrían sus muros grises. Fue en ese contexto que empecé a absorber la identidad barrial, su vitalidad, sus relatos, y a devolverlos en forma de color, símbolos y escenas, transformando el barrio, donde el arte se integró como parte de su paisaje cotidiano.